
Descripción
Los vínculos que compartimos con la familia no se limitan a esta experiencia vital. Los antiguos traumas, conflictos y heridas de nuestros antepasados pueden seguir afectando a las generaciones posteriores y condicionarnos en el presente de formas misteriosas: un dolor inexplicable, un miedo grabado en los genes, dificultad para implicarse emocionalmente, un problema familiar que nos persigue como una maldición…
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